Pide tu cita en DERMATOLOGÍA para el Diagnóstico, Cuidado y Tratamiento de tu piel en Bosques de Aragón.
Dermatólogo Fernando Fresán / Bosques de las Naciones #51
Citas: Martes y Jueves de 2pm a 7pm
Más de 20 años de experiencia
Hola, soy el Dr. Fernando Fresán, Dermatologo en la colonia Bosques de Aragón, donde la salud de tu piel es mi prioridad. Aquí encontrarás experiencia y calidez humana en un servicio personalizado. Me especializo en tratamientos dermatológicos de alta calidad, desde el cuidado básico hasta soluciones avanzadas para condiciones como acné, eczema y envejecimiento de la piel. Mi enfoque empático asegura que cada paciente se sienta escuchado y comprendido. ¡Solicita una cita y te ayudaré a conseguir una piel saludable y radiante! Agenda hoy mismo.
Servicios
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Entiendo por qué estás aquí, y créeme, no eres el único. La mayoría de las personas que me visitan buscan soluciones para problemas comunes como el acné, las manchas en la piel, la caída del cabello o esa irritación que parece no desaparecer. Estas preocupaciones son más comunes de lo que crees, y es completamente normal querer una solución efectiva. Como dermatólogo, estoy aquí para ayudarte a sentirte mejor con tu piel, brindándote la confianza de que no estás solo en este proceso. Trabajo todos los días para tratar estas mismas condiciones y ofrecerte el mejor cuidado posible. Estás en las mejores manos de la zona.
Tu hijo merece un Dermatólogo
Como mamá, sé que quieres lo mejor para tu hijo o hija, especialmente en temas de salud. Cuando se trata de problemas de piel en la adolescencia, como el acné, la opción segura y efectiva es acudir a un dermatólogo, no a un spa. Aquí recibirán tratamientos médicos especializados que realmente funcionen, sin riesgos innecesarios. Dale a su piel la atención profesional que merece y siéntete tranquila de que está en manos expertas.
El viaje de mi piel
Había una vez una piel que, desde el primer día, lo dio todo por su dueña. Soportó el frío y el calor, abrazó la luz del sol y se llenó de caricias y risas. Con cada etapa de la vida, esta piel cambiaba, siempre reflejando los momentos que su dueña vivía: la suave inocencia de la niñez, las emociones intensas de la adolescencia y la madurez serena que trae la experiencia.
Esa piel, silenciosa y fiel, guardaba secretos y cicatrices, recordando las risas bajo la lluvia y los días de verano. Pero también conocía los momentos de descuido, cuando no se le daba el cariño que merecía.
Un día, su dueña comprendió: su piel era más que un «envoltorio». Era la historia de su vida, un reflejo de cada día vivido. Decidió, entonces, quererla y cuidarla, agradecida por todo lo que había hecho por ella.
Y así, comenzó a mimarla, no solo por su belleza, sino por todo lo que representaba. Porque su piel merecía cuidado, amor y respeto, como fiel compañera de cada paso en el camino.
«Hoy elijo cuidarte, porque eres parte de mi historia.»
Ámate y Mucho